Exacto.
Por eso creo que las respuestas no pueden considerarse erróneas en la evaluación. O al menos son “impugnables”. Creo que no debemos perdernos en las clasificaciones y si valorar claramente la normalidad, atipicidad o anormalidad de los parámetros, que no de los registros, para hacer una clasificación diagnóstica tras la interpretación teniendo en cuenta todos ellos y la situación clínica. Me llama la atención que no se haya mencionado en ningún capítulo de los que he estudiado hasta ahora, la propuesta de la SEGO, recogida en la guía de práctica clínica de la atención al parto y la que recoge el documento de consenso de atención al parto del ministerio de sanidad. Ambos, documentos nacionales basados en las clasificaciones internacionales y que podrían servir para consensuar la interpretación entre los profesionales del país.
Gracias por la respuesta.